Explicar la muerte a los más pequeños de la casa puede ser algo muy complicado, especialmente si se trata de la muerte de un familiar al que no van a volver a ver. Seguirán preguntando y sufriendo si no sabemos darles la respuesta acertada que su mente pueda comprender.
Muchos niños han crecido rodeados de mascotas, peces, pájaros, perros o gatos. Es fácil que alguna de ellas haya muerto mientras los niños son pequeños. Muchos padres sustituyen al animal sin decir nada o en otros casos inventan historias de que se ha ido a vivir al bosque o a un lugar mejor. En cambio pocos son los que aprovechan esta oportunidad para irle presentando al niño la realidad de la muerte, algo que sería un gran paso para que más adelante asociaran ese hecho con la muerte de un familiar y les ayudase a comprender que no van a volver.
Loreto Cid ha escrito una interesante guía que da consejos a los padres que se enfrentan con ese tipo de preguntas por parte de sus hijos. Bajo el título “Explícame qué ha pasado” su libro da consejos prácticos para no confundir a los niños con florituras innecesarias que no les hacen ningún bien.
Entre sus consejos destacan el no usar frases como “está en el cielo” porque los niños lo van a interpretar tal cual y no van a ir más allá. Seguirán preguntando de vez en cuando y no acabarán de asumir lo sucedido. Tampoco les ayuda que se evite el tema porque el tema volverá una y otra vez. Lo mejor es asumirlo como una etapa más en su camino a la madurez.