Hace años, los que ya tenemos una edad recordamos la obligación de hacer la siesta en verano. Nuestros padres o abuelos siempre insistían en tumbarnos en la cama un rato después de comer. Daba igual casi que no llegásemos a dormir, pero teníamos que hacer la siesta.
Hoy en día es una costumbre española que se ha perdido en la mayor parte del país, especialmente en las grandes ciudades. La siesta ha acabado siendo algo como “perder el tiempo”, se la mira como ejemplo de la buena vida que se lleva en España por parte de los turistas y hemos acabado casi pensando que es una muestra de pereza.
Pero ahora, recientes investigaciones confirman que dormir nos ayuda a adelgazar, no concretamente la siesta, nos referimos también a dormir por la noche correctamente. Es de una lógica simple, las personas que duermen menos comen más. En los EEUU se ha hecho un importante estudio al respecto.
Tomando varios grupos de personas, se han estudiado las variaciones en sus pesos en relación a las variaciones en las horas de descanso y los resultados parecen confirmar que las personas que dormían menos horas engordaban más. Las personas que dormían menos también quemaban menos calorías.